martes, 9 de febrero de 2010

EL ARBOL DE MI PADRE


Después de muchos años, visite nuevamente la casa de mi abuela.
Recuerdos de mi niñez retornaron a mi mente, cuando corríamos bajo la siesta con ese calor que se pegaba a la piel, en las calles polvorientas.
Mariposas multicolores salían a nuestro paso, mientras las lagartijas tomaban su baño de sol, y como niños traviesos con una vara las tocábamos y ellas prestas se escondían.
Por las noches el cielo se poblaba de estrellas, los grillos cantaban su melodía y los tucu-tucu les hacían compañía en un armonioso idilio.
Claro, el tiempo pasa, los pueblos avanzan, yo lo recordaba en mi ayer, como un pueblo chato de habitantes que pedían permiso a su otro pie para caminar.
Hoy que cambio! grandes camionetas 4x4 pululan por el pueblo, de las casa viejas quien se acuerda?, ahora se levantan casas modernas con autos ultimo modelo, ya no hay chatas, ni volantas, ni siquiera un coche viejo.
Y la estación de tren hasta pintada estaba, y lucia un letrero que decía LA PUERTA!
Si, recuerdo que mi tío Roggero, el buenazo el trabajaba en la estación y cuando llegábamos al pueblo, lo primero que hacíamos era correr a sacarle la bicicleta a mi primo que allí la estacionaba.
Hoy la estación lucia hermosa dando la bienvenida a todo el que llegaba pero estaba solitaria ya que sus vías están desnudas desde que no pasa el tren.

Pero en casa de mi abuela, ahí se quedo el pasado, aun se respira, el yuyito para el mate, tomillito para el guiso, el perfume de azahares, el piar de las gallinas y los pavos paseando por el monte, y en medio del jardín descubrí el árbol de mi padre.

Me contaron que llego un dia con un carozo en la mano, ahí lo plantaron y hoy es un joven y hermoso roble, sus hojas brillaban bajo los rayos del sol.
Que emoción sentarme bajo su sombra, y disfrutar mientras acariciaba su tronco.
Se que en este encuentro tu sentimiento era el mío, te percibí entre las hojas verdes con tus ojitos mansos disfrutando de la gente.
Si mi querido padre, hoy vinimos a rendirle una misa a los lindos viejos, a los que nos amaron y ya no están, a los que hace poquito se fueron y siguen anidando en el alma porque aun guardo en mi corazón el amor que por ellos me inculcaste.


19/02/2009

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